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     Las salinas de Belinchón ya se explotaban durante la época de los romanos y la comercialización de la sal, junto con el esparto y el yeso espejuelo, que eran los productos más importantes obtenidos en esta comarca, se realizaba a través de la cercana vía que unía Cartagonova (Cartagena) con Complumtum (Alcalá de Henares) pasando por Segóbriga, probablemente continuaron explotándose durante el periodo visigodo y musulmán.

     Con la derrota de los almorávides en las Navas de Tolosa, el rey castellano Alfonso VII inicia la conquista de los territorios situados al sur del Tajo. Belinchón es conquistada junto a otras poblaciones de la comarca. El territorio de Belinchón era estratégicamente muy importante por la existencia de las salinas que generalmente estaban monopolizadas por los monarcas.

     Hacia 1146, el rey Alfonso VII dona al Arzobispo de Toledo, la mitad de las salinas, encargándole la repoblación de las tierras con objeto de mantener la producción de sal y su transporte y defender el territorio de los ataques musulmanes.

      Las salinas son mencionadas en el siglo XIV por El Arcipreste de Hita, en su Libro del Buen Amor :

"Muy bravo andaba el sollo, un diro zagalón
en su mano traía gran maza de trechón
dio en medio de la frente al puerco y al lechón
mandó que los salasen con Sal de Belinchón"

     En un manuscrito de 1786 se describe el funcionamiento de las salinas : "....corre por toda la vega y valle de tierra de labrantío un arroyo que va a las salinas y a verter sus aguas con el sobrante de éstas a el Tajo que distan de dichas Salinas poco menos de legua..."

 
 

     ".... La famosa salina de Belinchón se halla situada en un valle de corta anchura, hacia el Norte, a la margen del arroyo que corre por ésta vega y baja de la de Tarancón. Consiste en un pozo de un manantial muy abundante de agua salada. El agua de este pozo, que está vestido de madera en lo interior, de profundidad de más de sesenta pies y en lo exterior de fábrica de manpostería de cuatro pies de ancho, entre las cuáles vestiduras hay un terraplén, que hace suelo firme, y alrededor fábrica de tabiques cubierto con su tejado. Hay tres mulas, y de éstas cada una trabaja cuatro horas en la noria, que está sobre el dicho terraplén, y sacan el agua para fabricar la sal, ésta se dirige y reparte por canales a los que llaman presones.
     Ocupan todo el tiempo, hasta el mes de Mayo, en llenarlos de aguas, para que todo el estío, la fuerza del calor desvanezca la humedad y quede cuajada la sal. Yel agua restante, por últimos de Septiembre, que ya en algunos no cuajó, la dejan marchar con las del arroyo al Tajo, lo mismo que también hacen con cualquier otro sobrante de presón en su extracción de sal cualquier vez que se ejecuta su desagüe para este fin.
     Asciende el fruto de sal anualmente a 40.000 fanegas, poco más o menos y se doblaría la cantidad si se aumentasen vasos o presones por ser abundantisimo el manantial....
"

 

 
 

     En 1873 las salinas son subastadas. Con el cambio de propiedad se comenzó por alumbrar los obstruidos veneros, por depurar las aguas, para restablecerlas a su antigua potencia minera y por mejorar los elementos para su beneficio. La extracción del agua se hizo entonces en cantidad mucho mayor elevándose considerablemente la producción de sal.

     Actualmente, la extracción del agua se realiza mediante modernas bombas obteniéndose una solución acuosa denominada salmuera, esta solución se depura y almacena en nuestras instalaciones y se comercializa para su uso directo en diversos sectores de la industria. (Ver usos de la salmuera)

 
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Belinchón (Cuenca)
 
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